Miraba hoy a Oscar Mario Beteta y un interesante reportaje sobre las cárceles en México. Y aunque la música de fondo acentuaba el tono riesgoso de la situación actual de las mismas, es en realidad preocupante cómo existe una sobrepoblación del 83% el día de hoy en los reclusorios. Por tanto, me he dado a la tarea de reflexionar lo antes posible sobre esta mala inversión. Aquí me ocupo de revisar un poco las cárceles masculinas, aunque las femeninas no se quedan atrás.
Primero, ¿qué es una cárcel? Según el Diccionario de la Real Academia de la lengua Española es un “local destinado a reclusión de presos.” El reclusorio es un lugar donde se aíslan a las personas que aún no han sido juzgadas, es decir, son reclusos porque aún no se aplica la ley sobre ellos.
Segundo, ¿cuál es su propósito? Estos varían de acuerdo a cada país, pero para México los propósitos son: proteger a la población de aquellos violadores de la ley, fomentar el respeto a la ley con la amenaza de que serán recluidos de proceder contrariamente y reeducar a los presos para que no vuelvan a infringir la ley y puedan convivir correctamente con la sociedad. Y en este último punto se realiza un énfasis social porque de acuerdo a la UNESCO “las guerras se construyen en las mentes”, así que podemos hacer una inferencia de que el mal tiene su origen en las mentes humanas. Por tanto, lo que se debe buscar en las cárceles es educar a los reos para erradicar la maldad de sus mentes y al reincorporarlos en la sociedad no sean una amenaza.
Tercero, ¿Se cumple algo de esto en las cárceles mexicanas? Es triste, quizá, evocar algunos recuerdos sobre los castigos infligidos en algunas cárceles. Bien a bien no puedo afirmar que esto haya quedado en el pasado. Pero, de rayar en lo extremo, podemos mirar a México en la circunstancia de soltura que ha tenido durante ya bastante tiempo. En el presente, siendo precisos, podría llegar a cumplirse alguno de los propósitos que se mencionan arriba. Y me parece relevante hacer énfasis en esa posibilidad porque demuestra la disfunción que tienen estas cárceles que se pensaron para proteger, disuadir y rehabilitar. Si no, ¿qué otra explicación hay al reciente al motín del 19 de mayo pasado? La constante espera de un motivo para realizar cualquier boicot. Y luego, ¿qué decir de la sigilosa fuga de 53 reos en Zacatecas? Un gramo de corrupción por cada buen ciudadano.
Los aspectos relevantes a criticar son los siguientes: sobrepoblación, permisibilidad, descontrol, ocio, centro de acondicionamiento físico, mafia.
Ya sabiendo de antemano los propósitos de las cárceles, es menester ahora analizar aspecto por aspecto por qué no se ha logrado cumplir con alguno de ellos de manera efectiva. Lo evidente es la sobrepoblación. Cárceles destinadas a un determinado número de presos son “rellenas” con un abuso del 83%. Quiere decir que la población es de 183%. ¿Increíble? Así viven los reclusos con la libertad para socializar y dejar de lado sus pensamientos, para enriquecerse con los colegas de nuevas formas de pasar el tiempo. En el caso más grave, esto podría ser un foco de organizaciones criminales para lograr fugas o desde la cárcel generar dinero del narcotráfico.
La sobrepoblación, además, provoca violencia e insalubridad. La violencia, por obvias razones de espacio, fuerza bruta (buscando al más fuerte) o mera crueldad. Y la insalubridad puede ser porque la propensión a menor higiene es más factible al sobreexplotar la cárcel y no contar adecuadamente con las medidas de salud requeridas. O también puede ser porque la salud mental no puede existir en un lugar con tanta gente. Si se pensaba en un lugar en que los reos se arrepintieran de sus acciones, ahora sólo es un lugar para la convivencia social y el “despeje.”
Ahora bien, la permisibilidad la enfoco en cuestión del fácil acceso que tienen los familiares a ver a los reclusos. Los pésimos sistemas de revisión que les permiten a éstos ingresar con cualquier tipo de objetos a un reclusorio. No podemos cerrar los ojos e ignorar el hecho de que los familiares les llevan cosas, como si no fuera suficiente lo que dentro se les proporciona. Esto provocado por la sobrepoblación que hace temerosos a los familiares de que los internos se encuentren bien. Más aún, en los reportajes podemos ver lo que les facilitan: comida, ropa, cobijas, revistas, periódicos, droga, cigarros, dinero, entre otros. ¿Es así como debe ser tratado un recluso? ¿Con tanto cariño y afecto?
Luego, el descontrol que existe por lo mismo de la sobrepoblación. Como son tantos reos, no se sabe bien a bien quién hace qué ni con quién ni para qué. Este laxo control provoca que cada quién haga lo que desee. No se puede diagnosticar así mismo un avance o un retroceso en su comportamiento social y saber qué tan “rehabilitado” pudiera estar. Ciertamente podríamos botarnos de risa al creer que puede rehabilitarse en un lugar sobrepoblado donde hace lo que desee.
Acumuladamente con el descontrol, existe la falta de una obligación de alguna tarea o alguna actividad de rehabilitación para los reos. El ocio, bien dicen, es la madre de todos los vicios; aunque quizá debería decirse padre por el género de la palabra. Los internos son ociosos. Es posible que alguna vez nos hayamos preguntado ¿qué hacen los reos en un reclusorio? La respuesta es nada, siendo realistas. El ocio provoca en mucha medida las desviaciones mentales que poco a poco encuentran forma de manifestarse. Ya se ha visto cómo el que no tiene nada que hacer usa su imaginación a rienda suelta. El asunto aquí es, ¿qué tipo de ideas podemos esperar de los violadores de la ley? ¿Qué tipo de ideas tienen los ladrones, secuestradores, narcotraficantes, violadores, asesinos, defraudadores? Si acaso, podrían estar pensando en sus familias, siendo benévolos. O pensarán en qué decir cuando lleguen al tribunal o tal vez sus mentes se dediquen a planificar otras cosas… Esto lo digo después de haber charlado con una psicóloga que estuvo en prácticas de rehabilitación con algunos internos.
Y ahora, el refrán que dice “mente sana en cuerpo sano” podría no aplicar para algunos casos. Algunas cárceles incluso cuentan con un centro de acondicionamiento físico, que les permite ejercitarse y volverse más fuertes. Ya mirándolo fríamente ¿es conveniente que esas personas malhechoras tengan la posibilidad de volverse más fuertes para luego salir y readaptarse a la sociedad? Como si les diéramos las armas a los lobos para ser más veloces y comer más fácil.
Luego, la Mafia. Con mayúsculas porque significa uno de los sectores más influyentes en el manejo de reclusorios. Aquí sólo basta decir que es fácil entrar pero más salir con fianzas, infiltrados y cualquier trueque generoso que involucre corrupción y poco esfuerzo. Adentro también existen grupos “de cuidado” que disponen de las cosas de todos, producto del descontrol. Triste pero cierto, que quien llega a caer ahí sin merecerlo, la sufre y mucho.
Es claro que para los reos, la cárcel no es más que un centro de recreación donde socializan, se ejercitan, miran revistas, periódicos, juegan “la cascarita” y la pasan bien. Todo gracias a las inversiones que se realizan en estos lugares. Son mantenidos, es una realidad.
Las sugerencias para lograr un mejor servicio de estos lugares serían: reclusorios bajo tierra, tecnología de vigilancia, procesos legales más eficaces, servicio social, ejercicios grupales e individuales para la rehabilitación, sistema de visitas restringido, educación policial para un adecuado tratamiento de los reos.
Los reclusorios bajo tierra con el fin de mantenerlos en mayor control y dificultar las fugas. Conjunto a esto, claro, es necesaria la tecnología que los mantenga bien vigilados para conocer su ubicación. Los reclusorios bajo tierra también darían mayor seguridad a la población, sabiendo que la salida de los reos sin autorización judicial es imposible. Quizá suene utópico pero podemos lograrlo.
La tecnología de vigilancia además de brindarnos el conocimiento de la ubicación de los presos, facilitaría el seguimiento de los contactos que tiene el recluso y el avance que lleva respecto a su rehabilitación. Esta tecnología además estaría presente en todos los cuartos y pasillos del inmueble, siendo así que no existiera riesgo en desconocer si existe algún tipo de violencia entre reos; así mismo, de llevar seguimientos de las actividades de rehabilitación que realizan los presos.
Los procesos legales deberían ser más eficaces para desahogar rápidamente la afluencia de presos y rápidamente disminuir la sobrepoblación. No es necesario tener tantos reclusorios en tanto que se realicen rápida y adecuadamente los procesos legales para juzgar al acusado. Claro que no se busca sólo rapidez, sino se trata de hacer más eficiente el sistema para castigar a los culpables pero con el menor tiempo para no seguir fomentando la sobreexplotación de capacidad de los reclusorios.
Siendo una sociedad justa y siempre en busca de aprovechamiento, es crucial pensar en el servicio social como una forma de readaptación en la que los presos dejen de lado el ocio para apreciar el trabajo y las ventajas de éste. No podemos ignorar el hecho de que el que tiene su mente ocupada tiene poco tiempo para pensar en cosas mal habidas. Aunado al hecho de que el servicio social es una gran forma de volver productivas a personas bastante improductivas, los resultados que se pueden lograr podrían ser para beneficio de todos.
Continuando con la línea de la readaptación, me atrevo a sugerir ejercicios grupales e individuales para la rehabilitación, que no sólo cooperen para mantenerlos ocupados sino que en realidad los eduquen y reencaucen para que no deseen hacer más daño en el futuro. Retomando el lema de la UNESCO, debo decir que si se logra cambiar el mal en bien en las mentes de los internos es evidente que lograrán reincorporación ideal a la sociedad. Sugiero la asistencia grupal para que no olviden que forman parte de una sociedad. Y por otro lado, los ejercicios individuales para mirar de cerca los casos y poder ayudar progresivamente a erradicar las causas de sus comportamientos rebeldes.
Arriba me quejo de la permisibilidad y el fácil acceso que se puede tener a los reos. Aquí se me ocurre que como en las escuelas militares, de acuerdo a los puntos que generen los reos, tengan la oportunidad de realizar llamadas telefónicas o puedan ser visitados. Las restricciones con afán de evitar completamente la distribución de objetos de cualquier tipo a los reos. Claro que a ellos no se les matará de hambre, pero no podrán gozar de comodidades por sus fechorías. Además se hacen las restricciones para motivar a los reclusos que realicen bien sus labores, actividades y no tengan comportamientos adversos. El fin es formar ciudadanos más disciplinados y reducir la violencia y cualquier deseo de rebelión a las leyes.
Finalmente, y no por esto irrelevante, debe existir una educación policial para un adecuado tratamiento de los reos. No es posible que se dañen los derechos humanos en las cárceles, aún cuando los presos sean realmente crueles. La violencia no se combate con violencia. Se debe buscar el orden y el adecuado funcionamiento de los lineamientos que se estipulen en las cárceles. El sistema de puntos de recompensa y castigo debe orillarlos a la disciplina, si no, podrán aplicarse otras medidas más restrictivas como la suspensión de contacto con otros reos o incluso el aumento de trabajo.
Se me acusará de dictadora, quizá, pero no es intención mía dejar libres a las personas que dañan a la sociedad y que todavía se atreven a realizar motines para exigir más comodidades siendo que ellos violan las leyes y quieren vivir en la libertad arrasadora de los derechos ajenos. No podemos permitir que estas disfunciones sigan sucediendo. ¡Manos a la obra!
Engel
29.5.09
Presentación
Bienvenidos lectores a este blog donde encontrarán temas variados. Me concentraré en lo que más me llame la atención para poderles ofrecer una jugosa lluvia de ideas y pensamientos que exciten sus mentes y que idealmente permitan una eficiente retroalimentación. Mis posturas rayan en ocasiones en lo extremistas pero a veces se percatarán de la ambigüedad con la que se puede definir una postura en este mundo tan cambiante. Ayer era amarillo mi obsesión, ahora café...
Advierto que trataré muchas veces temas fuertes o que tocaré fibras sensibles porque se me está quitando el juego de las medias tintas. Abro este espacio, así mismo, para la convivencia sana de otros pensamientos excitados que deseen comentar más al respecto.
Por lo pronto, les dejo enseguida con un texto de Alfonso Reyes que ahora me ha tocado recordar. "Viajero: has llegado a la región más transparente del aire". Aquí les pido que no se asusten y si desean gritar, háganlo con sus comentarios. Ofrezco respetuosamente mis palabras al auditorio que seguramente les dará un mejor uso que yo. Amén.
Engel
Advierto que trataré muchas veces temas fuertes o que tocaré fibras sensibles porque se me está quitando el juego de las medias tintas. Abro este espacio, así mismo, para la convivencia sana de otros pensamientos excitados que deseen comentar más al respecto.
Por lo pronto, les dejo enseguida con un texto de Alfonso Reyes que ahora me ha tocado recordar. "Viajero: has llegado a la región más transparente del aire". Aquí les pido que no se asusten y si desean gritar, háganlo con sus comentarios. Ofrezco respetuosamente mis palabras al auditorio que seguramente les dará un mejor uso que yo. Amén.
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