5.3.10

¿Por qué nos gusta defender verdades que no conocemos?

Si bien es cierto que incongruentemente pero muy probablemente no hay verdades absolutas, los seres humanos no deseamos en ninguna medida encontrarnos sobre bases arenosas y valles de ignorancia. Para nosotros es más conveniente subirnos a esas montañas de conocimiento que supuestamente son más seguras y apegadas a la realidad, haciendo múltiples inferencias sobre esos valles obscuros de los cuales no se sabe ni se conoce, pero se sospecha.Y...si es la sospecha la clave de la construcción del conocimiento, podríamos erradamente creer que mientras más sospecha más conocimiento.



El conocimiento es fugaz, la duda es constante, eso sí, pero y ¿qué hay de la fe? Cuántas veces no hemos visto que las personas defienden ciertas ideas o a ciertas personas con la convicción de que ellos son "algo" positivo. La fe que es la mente persuadiéndose a sí misma para darse certeza y en cierta forma, permitirse estar correcto. Pero no presumamos que la fe es algo ilógico, es más bien, algo coherente para ensamblar nuestros pensamientos, no en el aire, sino en algo real y absoluto. Claro está que para muchos socratianos, seguidores de Bauman y Lipovetsky, vivimos en la incertidumbre...entonces, ¿por qué aferrarse a la defensa apasionada de lo que no conocemos? si lo que creemos conocer en realidad no es ninguna certeza absoluta